De forma lamentable, los datos respecto a la explotación infantil en Brasil no son para nada alentadores, ya que las estadísticas están demostrando que éste es un fenómeno que no para y que incluso tiende a ser cada vez mayor dentro de este país, como el porno de calidad en https://www.mrvideosdesexo.xxx/samba-porno/. El problema principal con esta clase de situación, es que pese a todos los esfuerzos que se realizan con regularidad por parte de los entes gubernamentales, además de otro tipo de organizaciones, no parece que sea un fenómeno que esté mejorando, sino que por el contrario se hace cada vez más crudo para Brasil.

En principio, las autoridades de este Estado se encargan de anotar que han sido muchos los avances en materia de gobernanza para Brasil, como por ejemplo el garantizar el acceso a los servicios públicos para toda su población, además de beneficiar a las personas en relación con cierto tipo de necesidades básicas.

Un país con grandes carencias en seguridad

De todos modos, en cuanto se refiere a la explotación infantil en Brasil, los datos han demostrado que alrededor de 1,8 millones de menores de edad se encuentra en una condición de trabajo infantil y esto se hace más complejo al tener en mente que más de la mitad de ellos lo hace en forma ilegal, al menos de acuerdo con información registrada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Vale la pena recordar que en Brasil de acuerdo con la ley el trabajo se permite desde los 16 años, con la excepción de aquellas actividades nocturnas, peligrosas o que sean insalubres, pues allí el requisito es que la edad mínima será de 18 años. Asimismo, esta legislación admite el trabajo desde los 14 años, aunque únicamente bajo la condición de aprendiz.

¡Cuidemos a los menores!

De acuerdo con la distribución geográfica de este fenómeno de la explotación infantil en Brasil, es la región que se sitúa en la parte norte del país la que cuenta con un escenario más grave, resaltando que alrededor del 1,5% de los niños entre 5 y 13 años se encuentran en esta situación. En comparación con la región del sureste, que es la más rica del país, el porcentaje de los menores que trabajan dentro de esta franja de edad, es del 0,3%, lo que representa una clara muestra de la inequidad y de la forma en que se distribuye el fenómeno por el territorio brasilero.

En definitiva, los datos han demostrado que no se puede hablar de la inexistencia de la explotación infantil en Brasil, sino que por el contrario este es un fenómeno social que es toda una realidad, sobre la que se han aplicado múltiples programas sociales, pero que no han sido tan exitosos.